logo F1 ir a home

¿Qué decisiones se tomaron en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones 2023?

El pasado 15 de diciembre finalizaron las discusiones de la CMR-2023. Las decisiones tomadas apuntaron a garantizar más espectro para servicios móviles, básicamente 5G. Pero también para prestaciones nuevas como las que se darán en forma directa entre móviles y satélites. Cómo impactará en América latina

El pasado 15 de diciembre finalizaron las discusiones de la CMR-2023. Las decisiones tomadas apuntaron a garantizar más espectro para servicios móviles, básicamente 5G. Pero también para prestaciones nuevas como las que se darán en forma directa entre móviles y satélites. Cómo impactará en América Latina

  • Se fue 2023 y, con él, una nueva Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones, la CMR-23, el encuentro en donde los países discuten e introducen modificaciones en el Reglamento de Radiocomunicaciones. Durante casi un mes, los referentes de las telecomunicaciones discutieron sobre diversos temas de la industria, entre ellos la necesidad de contar con más espectro para las redes 5G, en pleno despliegue a nivel global. Como resultado, se identificaron nuevas bandas de espectro para brindar servicios móviles en los rangos 3.3-3.4 GHz, 3.6-3.8 GHz, 4.8-4.99 GHz, además de asignar para ese fin a la controvertida banda de 6 GHz. 
  • A estas bandas se sumó, la identificación de las bandas de 2 GHz y 2.6 GHz para las estaciones en plataformas de gran altitud como estaciones de base IMT, conocidas como HAPS y HIBS. También hubo discusiones en torno a la banda de 600 MHz. En el medio de estos debates surgieron los planteos en torno a que las atribuciones orientadas a determinados servicios no impacten negativamente en otros, como lo satelitales, en franco resurgimiento de la mano de los satélites de órbita baja (LEO, por su sigla en inglés).
  • Si bien las discusiones tuvieron relación directa con la Región 1 -que comprende a Europa, Africa y Oriente Medio- sus implicancias impactarán en la Región 2, donde están las Américas y algunas islas del Pacífico. Discusiones que forman parte de definiciones ya tomadas en América latina, como las relativas a la banda de 6 GHz; y que, además, integrarán la agenda de la CMR-27 cuyas decisiones estarán orientadas de manera puntual para la región.
  • Sobre el presente y futuro de estas frecuencias también se perfila el presente y futuro de otros servicios, no sólo de los móviles que, en el caso de América latina, son fundamentales para expandir conectividad, alcanzar a las zonas no cubiertas con telecomunicaciones y reducir la brecha digital. Las perspectivas concretas de comunicaciones directas entre el móvil y el satélite (D2D, direct to device) explican parte del debate porque de su disponibilidad dependerá uno de los modos de concretar el cierre de brechas de cobertura.
  • Estas conversaciones se dieron en un contexto donde hay más de 1.600 millones de conexiones 5G en el mundo, que poco a poco se va convirtiendo en la tecnología móvil dominante. En América latina hay más de 400 millones de usuarios 4G, y 5G todavía tiene participación menor pero en crecimiento constante. 
  • Uno de los puntos más relevantes, por el impacto que supondrá también en América latina, fue el relativo a la banda de 6 GHz. La UIT la identificó para los servicios móviles internacionales (IMT). En los últimos años, hubo una gran discusión en la región vinculada con el destino de esa banda. Una parte del sector demandaba un esquema “balanceado” orientado a otorgar la mitad de esa banda a servicios móviles y, la otra, al uso no licenciado, como Wi-Fi. Otra parte de la industria se pronunció a favor de otorgar toda esa banda a los usos no licenciados.
  • Brasil, Colombia, Argentina, Perú, Costa Rica, República Dominicana, Honduras y Guatemala, además de Estados Unidos y Canadá, decidieron otorgar al 100% de ese espectro a Wi-Fi. Chile también había tomado esa determinación pero hace un año decidió dar marcha atrás y estudiar mejor el tema para dar, o no, el visto bueno final. 
  • México fue prácticamente el único país que eligió otorgar una parte al uso no licenciado y reservar otra porción a los servicios móviles. Y Brasil comenzó a poner en duda su propia decisión en los últimos meses. Ambos dejaron asentada su posición en esta CMR-23. Fueron la excepción de la postura latinoamericana. Esta determinación puede generar impactos en cuanto a la armonización de frecuencias que requieren los mercados para desarrollar economías de escala. Volverá a ser uno de los debates de la CMR-27.
  • Otra discusión fue la dada en torno a la banda de 600 MHz, considerada el segundo dividendo digital en algunos países de la región. En la actualidad, ese espectro está destinado a servicios UHF y se perfila como una alternativa ideal para el desarrollo de 5G. México anticipó que efectuará una consulta pública en 2024 orientada a encontrarle el mejor destino, mientras que Colombia podría avanzar en su disponibilidad una vez que termine de migrar los servicios de radiodifusión que aún operan en esa parte del espectro.
  • Otro tema que dejó la CMR-23 es que se identificó espectro para las comunicaciones directas entre teléfonos móviles y satélites, también conocidos como D2D (direct to device), lo que permitirá a partir de ahora un desarrollo mucho más acelerado. Las pruebas encaradas en el último año entre proveedores de servicios satelitales LEO y operadoras móviles, especialmente en Estados Unidos, pasarán a la etapa de disponibilidad en el mercado. 
  • En todos los casos, los abordajes siempre tuvieron en cuenta los impactos que podrían producirse sobre los servicios satelitales brindados por satélites geoestacionarios como los de banda ancha ofrecidos en aviones, barcos, trenes y vehículos. También la identificación de frecuencias para atender situaciones de catástrofe donde los servicios de telecomunicaciones satelitales pueden mantenerse activos para atender las urgencias.
  • Se asignó la banda de 117,975-137 MHz para brindar servicios móviles aeronáuticos por satélite, que mejorarán las comunicaciones relativas al tránsito aéreo, especialmente en zonas oceánicas y remotas. Y se atribuyeron las bandas de 15 y 22 GHz al servicio móvil aeronáutico para tareas de vigilancia, monitoreo y mapeo, prestación que se puede brindar, por ejemplo, a través de drones.
  • Casi con una visión de ciencia ficción pero que tiene mucho que ver con el presente de la industria, se identificó espectro para la comunicación lunar. Las perspectivas sobre una nueva era de mayor investigación sobre el satélite del planeta Tierra también obligaron a tomar decisiones sobre la calidad de las comunicaciones que requerirán los astronautas y, en caso de concretarse, quienes en algún momento formen parte de los vuelos espaciales con fines turísticos.
  • Hubo más definiciones pero, en líneas generales, estas fueron las que tendrán un mayor impacto en el devenir de la industria de las telecomunicaciones en la región en los próximos años. El gran pendiente tuvo que ver con las redes de sexta generación, 6G. Se esperaba que pudieran tomarse las primeras decisiones en torno al espectro sobre el que se implementarán esas infraestructuras pero no ocurrió. No obstante sí se determinó que el tema deberá ser tratado en la próxima CMR-27 y que en adelante los estudios deberán concentrarse en las bandas de 4400-4800 MHz, 7125-8500 MHz y 15,35 GHz.